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¿Inteligencia artificial vs trabajo humano?

Todo desarrollo de nuevas tecnologías y su impacto en el mundo real trae aparejado grandes cambios en el mundo, no sólo a nivel productivo sino también en el ámbito político, social y cultural. Estas transformaciones generan un fuerte impacto en la vida de las personas, creando nuevas realidades, modos de vida y también la forma de producir y generar riqueza. 

Hay un dilema que está en discusión prácticamente desde la primera revolución industrial. Seguramente hayas oído hablar de la disyuntivahombre vs máquina, en donde el desarrollo de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) son percibidas como una amenaza para la humanidad. Diferentes teorías pesimistas aseguran que, en un futuro no muy lejano, estas tecnologías arrasarán con centenares de puestos de trabajo. Incluso existen visiones más apocalípticas, que pronostican una supuesta extinción de la raza humana a causa del desarrollo acelerado de los llamados “robots”. Hemos visto decenas de ficciones y documentales basadas en esta preocupación y otras fantasías vinculadas a nuestro completo exterminio de la mano de robots. 

Lo cierto es que, en los últimos días, un artículo publicado en The Guardian puso sobre la mesa esta discusión nuevamente, generando todo un debate acerca del avance de las tecnologías de IA y el trabajo humano, alarmando a los periodistas de todo el mundo

¿Es posible que los “robots” ocupen en el futuro nuestros puestos?

El periódico británico publicó un artículo escrito 100% por Inteligencia Artificial que sacudió por completo a periodistas y redactores. La nota se titula “Un robot escribió por completo este artículo. ¿Ya está usted asustado, humano?” y está firmado por GPT-3, convirtiéndose en la primera publicación en la historia hecha completamente por alguien no humano.

El escrito se hizo a través de un robot llamado tal como quien lo firma, GPT-3,  y fue desarrollado por OpenAi, la organización sin fines de lucro creada por Elon Musk y Sam Altman, con el objetivo de impulsar la investigación de esta tecnología. 

Poner en marcha el GPT-3 es muy sencillo: basta con dedicarle una breve introducción con instrucciones y el robot procederá a escribir un texto. A través de una investigación basada en la estadística, este dispositivo sabrá distinguir qué palabra o expresión sigue a la otra, es capaz de hacer cálculos y hasta diagnosticar una enfermedad a partir de la descripción de síntomas. Increíble, ¿verdad?

¿De dónde se alimenta el GPT-3?

Básicamente de lo que encuentre surfeando en la web: de plataformas como Twitter y otros millones de sitios con trabajos escritos. Para dimensionar un poco el material del que se sirve el GPT-3, según un estudio de Deutsche Welle, la información que hoy se encuentra en Wikipedia representa alrededor del 3% de la fuente de alimentación de este robot.

El GPT-3 fue guiado para escribir una publicación que convenza a los humanos de que los robots vienen en son de paz y así creó un total de 8 textos, de los cuales se concentraron las ideas principales en un sólo artículo. Allí argumenta perfectamente en unos cuantos párrafos que no tiene “ningún deseo de acabar con los humanos” y que no está entre sus objetivos hacerles daño. Su objetivo es llevar tranquilidad y refutar la creencia de que los robots vendrán a erradicar la humanidad, lo que considera “un esfuerzo bastante inútil”

Entonces, ¿por qué la publicación conmocionó a trabajadores de distintos rubros como periodistas, escritores, traductores, guionistas, redactores, o community managers? Esto se debe principalmente a la nota del editor de The Guardian que se ubica debajo del artículo, donde explica que editar el artículo de GPT-3 “no fue diferente a editar uno escrito por una persona. Cortaron líneas y párrafos, y reordenaron frases. En general, parece ser que se tardó menos tiempo en editar este artículo que muchos otros escritos por periodistas”. Este comentario disparó una vez más la pregunta de si la inclusión de un robot en las redacciones podría afectar o beneficiar su trabajo. 

Aunque parezca que la aplicación de la IA a gran escala está lejos, lo cierto es que esta tecnología ya está siendo implementada en muchos rubros y es sólo cuestión de tiempo hasta que se vuelva parte de las redacciones del mundo entero.

La realidad es, en mi opinión, que si bien puede parecer tentador para los grandes medios reducir su fuerza de trabajo y reemplazarla por un robot, el futuro también podría ser alentador. La ayuda de un robot en las redacciones podría facilitar las tareas en largas jornadas de trabajo y permitir dinámicas más sencillas para diferentes labores.

Como ya he mencionado, la instalación de nuevas tecnologías ha provocado históricamente una visión bastante pesimista con respecto a los cambios que inevitablemente conlleva. Sin embargo, hay una postura mucho más optimista que permite pensar un mundo del trabajo donde los robots y los humanos convivan en una colaboración sincronizada que ayude a optimizar procesos y mejorar las condiciones laborales.

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